GLIFORTEX

ANDROMACO

Hipoglucemiante oral.

Descripción.

GLIFORTEX es un agente antidiabético derivado de las biguanidas, capaz de mejorar la tolerancia a la glucosa en la diabetes tipo 2, disminuyendo tanto la glucemia basal como la post-prandial. En general, los estudios han demostrado que esta biguanida es capaz de producir disminuciones significativas en los promedios netos de glucemia post-prandial y hemoglobina glicosilada en comparación con placebo. La monoterapia con GLIFORTEX puede ser muy efectiva en pacientes que no han mostrado respuesta al tratamiento con sulfonilureas o cuya respuesta ha sido sólo parcial; además, cuando no se logra un buen control de la glucemia con la monoterapia en base a la administración de GLIFORTEX es posible recurrir a una terapia asociada con sulfonilureas, ya que ambos agentes actúan mejorando la tolerancia a la glucosa por distintos mecanismos. La administración de metformina ha demostrado producir una mejoría significativa de todos los parámetros de control glucémico (glucemia basal, glucemia posprandial y hemoglobina glicosilada), una disminución o estabilización del peso corporal y una tendencia a la mejoría del perfil lipídico.

Composición.

Cada comprimido recubierto contiene: metformina clorhidrato 850mg.

Propiedades.

Mecanismo de acción: el mecanismo de acción difiere del de las sulfonilureas en que la metformina no estimula la secreción de insulina, lo que significa que tanto en individuos diabéticos como en no diabéticos no hay riesgo de hipoglucemia aguda, salvo en condiciones especiales en que, por ejemplo, hay un efecto sinérgico; además, no produce hiperinsulinemia. Los mecanismos de acción de la metformina son inhibición de la gluconeogénesis hepática. Disminución de la absorción de glucosa. Incrementa la recaptación y utilización periférica de glucosa. Farmacocinética: absorción y biodisponibilidad: la biodisponibilidad media de un comprimido de metformina es alrededor de un 50-60%. Los alimentos disminuyen la extensión de la absorción, a la vez que retardan levemente la absorción. Distribución: la unión a proteínas plasmáticas de la metformina es insignificante en contraste con las sulfonilureas, cuya unión a proteínas plasmáticas bordea el 90%. En los esquemas usuales de dosificación de metformina, el estado estable se alcanza dentro de las 24-48 horas. Metabolismo y eliminación: la metformina es excretada sin cambio por la orina en un 90% dentro de las siguientes 24 horas que siguen a la administración oral; el clearance renal es 3,5 veces mayor al clearance de creatinina, lo que indica que la secreción tubular es la mayor vía de eliminación. Insuficiencia renal: en personas con función renal deteriorada, la vida media plasmática y en sangre se prolonga y el clearance disminuye en forma proporcional al clearance de creatinina. Insuficiencia hepática: no se han conducido estudios farmacocinéticos en sujetos con insuficiencia hepática. Ancianos: los cambios en la farmacocinética de la metformina en los sujetos de la tercera edad están íntimamente relacionados con los cambios que ocurren en la función renal en esta etapa de la vida. Niños: no existen informes de estudios farmacocinéticos realizados en niños.

Indicaciones.

Diabetes tipo 2 o no insulino-dependiente. Diabetes tipo 1 en una terapia combinada con insulina. Usos: tratamiento de la DM no dependiente de insulina en pacientes cuya hiperglucemia no puede ser controlado sólo con dieta, ejercicio o reducción de peso, o cuando la terapia insulínica no se necesita o no es practicable. Se usa como monoterapia o en combinación con sulfonilureas en pacientes con diabetes tipo II cuando ésta no se alcanza un adecuado control de la glucemia. Como coadyuvante en terapia insulínica en pacientes tipo I: diabetes inestable, diabetes insulinorresistentes.

Dosificación.

Vía oral. Dosis usual: diabetes tipo II: 1 comprimido 2 veces al día (1,7g) cada 12 horas durante o después de las comidas. Dependiendo de la respuesta y de la evaluación de la función renal, se puede aumentar la dosis diaria a 3 o 4 comprimidos. Diabetes tipo I: 1 comprimido cada 12 horas si la dosis de insulina es inferior a 40U/día, simultáneamente se debe ir disminuyendo la dosis de insulina a razón de 2-4U cada 2 días, de acuerdo con la respuesta del paciente. Si la dosis diaria de insulina es mayor de 40U, se debe hospitalizar al paciente para instaurar la terapia combinada.

Contraindicaciones.

GLIFORTEX no debe ser administrado en los siguientes casos: enfermedad renal o insuficiencia renal (creatinina sérica de 15mg/l en adultos). Insuficiencia hepática. Patologías agudas en que se altera la función renal, por ejemplo, infarto al miocardio, deshidratación aguda, shock. Falla cardíaca congestiva. GLIFORTEX está contraindicado en forma temporal en aquellos pacientes que serán sometidos a estudios radiológicos que impliquen la administración intravascular de un medio de contraste, debido a que el uso de estos productos puede producir una alteración aguda de la función renal. En estos casos, la ingesta de GLIFORTEX debe ser suspendida 48 horas antes del examen y restaurada luego de 48 horas de terminado éste. Alcoholismo crónico e intoxicación alcohólica aguda. Hipersensibilidad a la metformina. Administración de diuréticos. Acidosis metabólica aguda o crónica, incluyendo cetoacidosis diabética, con o sin coma. No administrar durante el embarazo ni en el período de lactancia. Desnutrición severa. Pacientes de edad avanzada.

Reacciones adversas.

Reacciones gastrointestinales: náuseas, diarrea, vómitos, hinchazón abdominal, flatulencia y anorexia son las reacciones adversas más comunes del tratamiento con metformina. Debido a que estos efectos son dosis dependientes, usualmente una reducción de la dosis es suficiente para resolver el problema. En caso que la diarrea sea seria y con riesgo de deshidratación, la terapia con metformina debe ser suspendida de inmediato. Reacciones hematológicas: en estudios clínicos de 29 semanas de duración, se encontró que aproximadamente el 9% de los pacientes en tratamiento con metformina desarrollaron niveles plasmáticos subnormales de vitamina B12 que no se acompañaron de ningún tipo de sintomatología. Ha ocurrido acidosis láctica, en algunas ocasiones fatales, pero en una menor proporción que con fenformina. La acidosis láctica ocurre en pacientes cuyas condiciones generales contraindican el uso de metformina, principalmente insuficiencia renal y colapso circulatorio. La acidosis láctica puede llegar a requerir tratamiento con bicarbonato sódico, así como de otras medidas.

Precauciones.

Monitoreo de la función renal: debido a que el envejecimiento está asociado con una disminución gradual de la función renal, en aquellos pacientes de edad avanzada debe establecerse la dosis de metformina de manera que se consiga el efecto reductor de la glucemia, sin aumentar el riesgo de acidosis láctica por acumulación de la droga. En los pacientes con función renal normal, se recomienda realizar un chequeo de ésta 1-2 veces al año y en los pacientes con deterioro renal y ancianos, debe monitorearse la funcionalidad de los riñones 3-4 veces al año. La administración de GLIFORTEX debe ser suspendida 48 horas. antes de realizar exámenes radiológicos que impliquen la administración intravascular de medios de contraste y restaurada sólo 48 horas después del procedimiento. Estados de hipoxia: condiciones como colapso cardiovascular o shock de cualquier etiología, falla cardíaca congestiva aguda e infarto agudo al miocardio han sido asociadas a acidosis láctica y pueden ocasionar azotemia pre-renal, en cualquiera de estas condiciones. La terapia con metformina debe ser suspendida de inmediato. Procedimientos quirúrgicos: la terapia con metformina debe ser suspendida previo a aquellas intervenciones quirúrgicas que implican restricciones alimentarias y de la ingesta de fluidos, hasta que la alimentación sea restituida y se haya evaluado la función renal. Alcohol: se sabe que el alcohol potencia el efecto de la metformina sobre el metabolismo del lactato, por lo que debe evitarse la ingesta excesiva aguda o crónica de alcohol, mientras se está en terapia con metformina. Insuficiencia hepática: debido a que la falla hepática se ha asociado con algunos casos de acidosis láctica, debe evitarse el uso de metformina. Niveles de vitamina B12: en estudios clínicos controlados de 29 semanas de duración, se observó una disminución en los niveles séricos de vitamina B12 de alrededor de un 7-9%, que no se acompañó de sintomatología clínica, y que demostró ser rápidamente revertida por la suspensión de la administración de metformina o por la suplementación con vitamina B12. Se recomienda realizar un exámen hematólogico anual para pesquizar cualquier alteración en aquellos individuos con una ingesta inadecuada de vitamina B12. Aquellos pacientes cuya diabetes ha sido bien controlada con el tratamiento con metformina y que repentinamente comienzan a tener síntomas clínicos inespecíficos de enfermedad o cuyos análisis de laboratorio aparecen alterados deben ser evaluados con prontitud para descartar una cetoacidosis o acidosis láctica, debiendo procederse a la suspensión inmediata de la administración de metformina y aplicar las medidas correctivas correspondientes. Hipoglucemia: la hipoglucemia no ocurre en pacientes bajo tratamiento con metformina; sin embargo, puede ocurrir cuando la ingesta calórica es insuficiente, cuando se realiza un ejercicio físico sin la adecuada suplementación de calorías o durante el uso concomitante con otros agente hipoglucemiantes como las sulfonilureas o insulina; los pacientes ancianos, desnutridos, alcohólicos, con deficiencia hipofisiaria o adrenal, son más susceptibles a la hipoglucemia. En aquellos pacientes con una diabetes estable bajo tratamiento con metformina que están sometidos a alguna condición de estrés como cirugía, fiebre, infecciones, puede producirse una pérdida temporal del control de la diabetes, lo que puede obligar al retiro del tratamiento oral y a un suministro temporal de insulina; en este caso, la terapia con metformina puede ser restituida una vez superado el episodio agudo. Embarazo: la seguridad del uso de metformina durante el embarazo no ha sido establecida. Cualquier decisión sobre el uso de este producto en el embarazo debe ser tomada después de sopesar la relación riesgo/beneficio. Lactancia: la metformina es excretada a la leche materna y alcanza niveles comparables con los plasmáticos; se debe decidir si se debe discontinuar la lactancia o la ingesta de metformina, considerando la importancia de la droga para la salud de la madre. Uso pediátrico: no se han realizado estudios de eficacia y seguridad en pacientes pediátricos, por lo que su uso en niños no se recomienda. Uso geriátrico: para la administración a ancianos es muy importante considerar la evaluación y monitoreo de la función renal, ya que esta droga se elimina principalmente por esta vía y la acumulación de la droga puede producir la condición de acidosis láctica descrita anteriormente.

Advertencias.

La acidosis láctica es una rara pero seria complicación metabólica que puede ocurrir por acumulación de metformina durante el tratamiento con esta droga; cuando esta condición ocurre, es fatal en el 50% de los casos. La acidosis láctica se caracteriza por niveles elevados de lactato en sangre ( > 5mmol/l), ph sanguíneo disminuido, disturbios electrolíticos y una razón lactato/piruvato aumentada. Cuando la metformina está implicada en este cuadro, los niveles séricos de metformina generalmente son mayores a 5mg/ml. La incidencia de acidosis láctica en pacientes tratados con metformina es muy baja, aproximadamente 0,03 casos por 1.000 pacientes-año. Los casos reportados han ocurrido primariamente en pacientes diabéticos con una insuficiencia renal significativa que incluyen falla renal intrínseca e hipoperfusión renal, a menudo complicados con múltiples problemas concomitantes y medicaciones. Los pacientes con falla cardíaca congestiva aguda o inestable, que requieren manejo farmacológico, tienen un riesgo incrementado de acidosis láctica; este riesgo también aumenta con el grado de insuficiencia renal y en los pacientes de mayor edad. Para evitar esta complicación, debe evitarse administrar un tratamiento con metformina en personas mayores a 80 años a menos que el clearance de creatinina demuestre que la función renal no está reducida, además, el tratamiento con este producto debe ser suspendido en condiciones que se asocien a deshidratación, hipoxemia o sepsis o cuando el paciente va a ser sometido a una cirugía o a un examen radiológico que utilice medio de contraste por vía intravascular. El inicio de la acidosis láctica es súbito y se acompaña de síntomas no específicos como somnolencia, molestias respiratorias y abdominales, debilidad, mialgias, puede haber hipotermia, hipotensión y arritmias. La acidosis láctica constituye una emergencia médica que debe ser tratada en una unidad médica de tratamiento intensivo. La ingesta de metformina debe ser suspendida inmediatamente y deben instituirse las medidas de soporte. Debido a que la metformina clorhidrato es dializable, se recomienda la hemodiálisis para corregir la acidosis y eliminar la droga acumulada. Cabe señalar que la detección precoz y el manejo oportuno de esta condición, a menudo resulta en la reversión del problema metabólico y en la recuperación del paciente.

Sobredosificación.

No se ha observado hipoglucemia luego de la ingestión de 850mg de metformina, aunque sí ha ocurrido acidosis láctica en esas circunstancias. En una situación de sobredosis se debe recurrir a la hemodiálisis y a las medidas de soporte para superar la acidosis.

Presentación.

Envases conteniendo 30 y 60 comprimidos recubiertos ranurados.

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