Flupentixol

Acción terapéutica.

Neuroléptico de amplio espectro.

Propiedades.

Es un bloqueante selectivo de los receptores dopaminérgicos tipo D1 (alta afinidad) y de tipo D2 (moderada afinidad). El efecto antipsicótico se observa a dosis elevadas (3-20mg diarios), mientras que a dosis bajas (0,5-3mg diarios) posee un efecto antidepresivo. El efecto activador y elevador del estado de ánimo de flupentixol podría deberse a que en bajas dosis predomina el turnover de la dopamina sobre el bloqueo del receptor post-sináptico, mecanismo éste que se observa con altas dosis de la droga. Luego de la administración oral se obtienen niveles séricos máximos entre 2 y 6 horas; la disponibilidad se reduce probablemente por metabolismo hepático de primer paso. Las concentraciones plasmáticas de equilibrio se obtienen luego del séptimo día de tratamiento. Esta droga se distribuye, al igual que otros neurolépticos, en diferentes tejidos y presenta una elevada unión a proteínas plasmáticas (99%).

Indicaciones.

Esquizofrenia y psicosis relacionadas especialmente con alucinaciones, delirio paranoide y alteraciones del pensamiento, con apatía, anergia e introversión; en estados maníacos y psicóticos agudos, en especial en casos resistentes: parafrenias, psicosis orgánicas; esquizofrenia aguda o crónica sin agitación motriz; psicopatías acompañadas de autismo, de negativismo, apatía o psiquis negativa.

Dosificación.

Dosis inicial: vía oral, 1mg por día. Luego de una semana, la dosis puede aumentarse a 2mg diarios. Dosis máxima: 3mg por día; en caso de no apreciarse un efecto luego de una semana en dosis máximas de 3mg al día, el fármaco debiera ser suspendido. La dosis debe ser individualizada según la condición del paciente. Como norma general deben utilizarse inicialmente dosis pequeñas, las que se aumentan lo más rápido posible hasta el nivel efectivo óptimo basado en la respuesta terapéutica.

Reacciones adversas.

Los principales efectos colaterales incluyen intranquilidad, insomnio transitorio y reacciones extrapiramidales (acatisia, distonía, disquinesia tardía persistente), las que por lo general responden a reducciones de las dosis o a fármacos antiparkinsonianos.

Precauciones y advertencias.

Se recomienda utilizar con precaución en pacientes con insuficiencia hepática severa, enfermedad cardiovascular, desórdenes convulsivos, discrasias sanguíneas, depresión de la médula ósea, depresión del SNC y estados comatosos inducidos por drogas. En caso de pacientes tratados previamente con neurolépticos de efecto sedante, éstos deben eliminarse en forma gradual. No se recomienda su administración durante el embarazo o la lactancia. El síndrome neuroléptico maligno (NMS) es una complicación rara pero potencialmente fatal del uso de neurolépticos. Sus principales características son hipertermia, rigidez muscular, inconsciencia fluctuante con disfunción autonómica (presión sanguínea inestable, taquicardia, diaforesis). Además de suprimir el flupentixol, se aconseja instaurar medidas generales de mantención y tratamiento sintomático.

Interacciones.

En dosis elevadas, el flupentixol puede aumentar los efectos del alcohol, de los barbitúricos y de otros depresores del sistema nervioso central. El flupentixol puede bloquear el efecto antihipertensivo de la guanetidina y drogas similares. El uso simultáneo con levodopa u otras drogas adrenérgicas ocasiona una disminución del efecto farmacológico de estas últimas. El uso simultáneo con metoclopramida o piperazina podría aumentar el riesgo de reacciones extrapiramidales.

Contraindicaciones.

Hipersensibilidad a la droga, estados comatosos, intoxicación aguda con alcohol, barbitúricos u opiáceos y en pacientes excitables o hiperactivos, puesto que su efecto activador puede conducir a una exageración de estas características.

Sobredosificación.

En caso de sobredosis, los síntomas son somnolencia, coma, síntomas extrapiramidales, convulsiones, hipotensión, shock, hipotermia-hipertermia. Se recomienda tratamiento de mantención y sintomático. El lavado gástrico debiera realizarse lo antes posible y puede administrarse carbón activado; deben ser instauradas medidas destinadas a mantener las funciones cardiovascular y respiratoria. La adrenalina no debiera usarse, pues puede producir descenso de la presión sanguínea. Las convulsiones pueden tratarse con diazepam y los síntomas extrapiramidales con biperideno.